5. Redacción y visualización

5.2. Tipología de piezas periodísticas: los géneros periodísticos

5.2.3. Género interpretativo

5.2.3.1. El reportaje

«El reportaje es el género periodístico más completo: además de incluir otros géneros – crónica, entrevista, noticia–, puede tener como antecedente una noticia y lo elabora un periodista cada vez más especializado. Pero tiene una ventaja respecto a la noticia, y es que está desatado de la estricta actualidad diaria.»

Randall (2008).

Como señalaba David Randall, el reportaje puede surgir a raíz de un hecho noticioso que se amplía o se profundiza, pero también a partir de cuestiones de actualidad o de interés general, pero no necesariamente noticiosas. No sigue estrictamente las mismas pautas de la noticia, sino que se acerca más al estilo literario y contiene detalles descriptivos, frases de testigos y vivencias propias.

Los reportajes ocupan más espacio que una noticia. Su contenido no deja de ser información (esto es, probablemente, lo que más lo distingue de un texto literario), pero así como en las noticias hay un molde definido, en los reportajes no existen fórmulas determinadas. El reportero elige la forma y el tono que mejor se acomodan al asunto del que habla, y disfruta de una mayor libertad estructural y expresiva. Suele ir acompañado de fotografías o infografías.

El primer párrafo no tiene interés informativo pero debe ser atractivo, porque de la manera en que esté redactado depende que el lector lea el resto del texto. Las características del lead también existen, pero se colocan donde más le conviene al redactor. Para elegir la temática del reportaje, en cierto modo tenemos que dejarnos influenciar por el clima de opinión. Antes de redactarlo, es conveniente elaborar un esquema simple que nos facilitará el proceso de elaboración del texto.

1) Hipótesis de partida: creemos que existe un conflicto, porque los medios / plataformas ciudadanas / grupos de presión / administraciones hablan del mismo. Por ejemplo: en Barcelona se ha disparado el precio de la vivienda. Se está forjando una segunda burbuja inmobiliaria que supone un proceso de gentrificación o sustitución social, que obliga a muchos de sus habitantes a abandonar sus barrios.

2) Elegir las fuentes: para poder recoger la información, nos tenemos que preguntar: ¿quién lo denuncia? (fuente 1) –plataformas y movimiento vecinal–; ¿a quién le beneficia este conflicto? (fuente 2) –sobre todo a los grandes tenedores, como las entidades financieras, las inmobiliarias o los fondos buitre–; ¿quién puede poner contexto a la historia? (fuente 3) –sociólogo, experto en urbanismo–; ¿en qué contexto legal se enmarca la historia? (fuente 4) –un jurista especializado en la LAU (la Ley de arrendamientos urbanos) puede ser un buen contacto–; y por último, ¿a quién le perjudica este conflicto? (fuente 5) –un testigo: aportar la visión humana es siempre interesante para que el lector pueda empatizar con la situación. Podríamos ampliar el número de fuentes, pero tenemos que saber cortar a tiempo para no crear monstruos que después no lea nadie.

El reportaje se caracteriza por los siguientes rasgos:

  • Su función es básicamente la de un segundo nivel de información, es decir, la interpretación. No contiene opinión, sino que muestra los hechos y los explica. Expone datos seleccionados por el autor y explicados con un cierto grado de intencionalidad, por eso no se puede considerar información en sentido estricto.
  • Hay cuatro pasos básicos en la elaboración de un reportaje: elección del tema, acumulación de toda la información posible recurriendo a todo tipo de fuentes, decisión del enfoque que le daremos y las técnicas que se aplicarán en el proceso de redacción.
  • El autor tiene una gran libertad que le permite elegir el enfoque, el estilo y la estructura que considere más convenientes para su texto. Especialmente en el género interpretativo, es deseable que tenga un principio cautivador, un desarrollo interesante y un final concreto. Se redacta combinando la narración con las descripciones.
  • Sus objetivos son captar la atención del lector, mantener el interés y estimular el deseo de seguir leyendo.

Tipologías de reportajes:

1) Reportaje objetivo (o estándar): aunque su función básica es interpretativa y, aunque el grado de implicación del autor es mayor que en la información, acostumbra a estar escrito con un estilo poco creativo, no muy extenso, profundiza poco y casi no analiza los hechos. Suele denominarse perfil al reportaje que se centra en una persona concreta, y necrológica, al que se publica después de la muerte de un personaje conocido y hace un repaso de los hechos más significativos de su vida.

2) Reportaje interpretativo (o reportaje en profundidad): aporta antecedentes, contextualiza, analiza los hechos hasta llegar al fondo y prevé posibles consecuencias. Su función es interpretativa, pero está exenta de las valoraciones que contienen la crónica o el artículo de opinión. El reportero analiza y el lector saca sus propias conclusiones.

5.2.3.2. El análisis

La base de un análisis es la selección de un hecho de actualidad que ha sido noticia y que requiere una explicación posterior más seria, detallada y especializada, de forma que su componente interpretativo es alto. Suele encargarse a personas que no son necesariamente periodistas, pero sí expertas en la materia, y su mérito radica más en la capacidad de profundizar y analizar cuestiones complejas que en su calidad literaria.

5.2.3.3. La entrevista

Antes que nada, la entrevista no se refiere al proceso de obtención de información por parte del periodista, el cual se pone en contacto con la persona que le tiene que facilitar esta información, sino al texto final, resultado de poner por escrito lo que el entrevistado nos ha explicado. Sin embargo, una entrevista es algo mucho más complejo que formular un par de preguntas al final de una rueda de prensa. Para que el contenido sea de calidad (y en especial, si queremos obtener una información personal del entrevistado que vaya más allá de su opinión sobre un tema concreto), tenemos que crear un clima de confianza y de confort. Tiene que existir un acuerdo previo entre entrevistador y entrevistado para pactar este encuentro.

Una entrevista es un relato de la conversación entre dos o más personas, una de las cuales, asumiendo el rol de entrevistador, es el autor. Estas son las principales características de las entrevistas:

  • Contienen un cierto grado de interpretación e implicación del periodista, que es mayor que cuando redacta una información, porque el redactor no parte de unos hechos ajenos, sino que decide a quién entrevistar y las preguntas que le formulará. Algunos piensan que la elección de estas preguntas puede condicionar las respuestas y el tono general de la entrevista. Cuando transcribimos las respuestas tenemos que preservar su contenido, no en el sentido de que no podemos editarlas, sino que debemos procurar que nuestra intervención no altere su sentido, ni la intencionalidad, ni el ambiente dialéctico en el que se produjeron.
  • El autor de la entrevista tiene que saber qué desea obtener antes de hacerla, hecho que exige una recopilación previa de documentación sobre el entrevistado y la preparación de las preguntas en función de la información que se quiere recoger.
  • En el transcurso de la entrevista, las preguntas han de ser lo más concretas y directas posibles.
  • El entrevistador tiene que ser capaz de crear un buen ambiente, pero no hablar demasiado, para obtener la mayor información posible del protagonista (aprender a jugar con los silencios).
  • También ha de tener la capacidad de ver, observar, escuchar, improvisar y percibir todo aquello que uno expresa sin palabras, con gestos, movimientos, tono, etc. Es lo que se acostumbra a denominar información subliminal.
  • El objetivo último que persigue el autor es hacer que el lector se sienta casi testigo de la conversación.

La doctora en Periodismo Montserrat Quesada propone una clasificación de las entrevistas en dos grandes tipologías:

1) Entrevista informativa (u objetiva): incluye las declaraciones que personas implicadas hacen sobre un hecho de actualidad, o bien personajes conocidos sobre cuya actividad profesional, social, política o artística queremos obtener ideas, no sobre aspectos de su vida íntima. Esto pasa cuando el personaje nos interesa por su especialidad, no como personaje en sí. El periodista, en esta clase de entrevistas, se limita a transcribir la conversación mediante el sistema de pregunta-respuesta, sin comentarios ni interpretaciones.

Este tipo de entrevista tiene una subtipología, la conversación objetiva: es un subtipo de la modalidad anterior, que consiste en transcribir una conversación previamente grabada que se da entre dos personajes sobre una misma cuestión, a los cuales se les deja hablar libremente sin que el reportero intervenga.

2) Entrevista literaria / entrevista perfil: a caballo entre la información y la interpretación, en esta pieza trasladamos las ideas de un personaje, pese a que pasarán por el filtro del propio periodista. El objetivo de estas piezas es dar a conocer la personalidad del entrevistado por medio de un lenguaje más literario. No recurrimos a la pregunta-respuesta, sino que reproducimos las declaraciones del entrevistado entre comillas y alternadas con descripciones y explicaciones sobre el personaje, su vida y su actitud durante la entrevista. Es una pieza más atemporal.

5.2.3.4. La crónica

La crónica es uno de los subgéneros más difíciles de definir, porque comparte rasgos con otros subgéneros. En un intento de afinar al máximo una descripción de la crónica, el periodista Manuel Graña, ya a mediados del siglo pasado, señaló algunas de las principales características de la crónica.

  • Excluye todo lo que sea simple información, es decir, un relato impersonal. Lo que distingue a la crónica de la mera información es precisamente el elemento personal, porque el autor se permite la licencia de hacer comentarios, ampliar la información y ordenar los hechos a su manera. Aunque la crónica sea informativa, hay margen para que el reportero le ponga su estilo propio.
  • En comparación con otros textos más especializados, la crónica periodística es ligera, decorada con recursos literarios pero sin muchos tecnicismos, breve y ordenada.
  • Condensa el elemento informativo y el elemento literario o interpretativo.
  • Contiene las respuestas a las 6 W, pero se les otorga un carácter más retórico. La información está explicada con más libertad estilística y un vocabulario más rico que la información.
  • Admite una gran variedad de fondo y forma, de modo que se podrían enumerar muchos subtipos de crónicas, como la artística, la biográfica, la personal, la descriptiva, etc.

Años más tarde, el catedrático y periodista Gonzalo Martín Vivaldi propuso una nueva definición de la crónica, según la cual se trata «de una información interpretativa y valorativa de hechos noticiosos, actuales o actualizados, donde se narra algo al mismo tiempo que se juzga lo que se está narrando». Le atribuía las siguientes características:

  • Estilo personal, pero sin desvirtuar los hechos ni deformar la realidad.
  • Libertad de recursos estilísticos: comparación, metáfora, ironía, anécdota, pero siempre con claridad comunicativa y concisión.
  • Formato narrativo-informativo, sin preocuparse por la pirámide invertida.
  • El sujeto-protagonista son los hechos noticiosos, así como la interpretación que hace de los mismos el cronista.
  • El tema es la noticia radiografiada, o lo que es lo mismo, no solo la anatomía del hecho noticioso sino también su psicología, sus implicaciones.
  • Vivaldi añadía una modalidad llamada croniquilla, que definía como una pieza pequeña dedicada a algo cotidiano y aparentemente intrascendente.

Hoy día, en el Estado español se entiende por crónica «la narración temporal de un acontecimiento» o, en palabras del doctor en Periodismo Manuel Bernal:

«Una información de hechos noticiosos, transcurridos en un periodo de tiempo, por un cronista que los ha vivido como testigo o investigador e incluso como protagonista y que, al mismo tiempo, los narra, analiza e interpreta mediante una explicación personal.»

Sin abandonar las características señaladas por los otros autores, Bernal añade nuevos rasgos distintivos a la crónica:

  • Contiene ciertos elementos de información, porque siempre tiene una base informativa –unos hechos noticiosos que dan pie a escribir una crónica sobre lo que ha sucedido–, y también del reportaje interpretativo, porque profundiza y analiza, está escrita con un estilo personal y creativo pero no recargado, a pesar de que la implicación del autor es aún mayor porque participa de la acción como testigo directo y valora los hechos a partir de lo que ha visto y de los conocimientos que tiene. Sin embargo, su función principal no es opinar, sino informar sobre una cuestión, interpretándola según sus impresiones.
  • Tiene una relación temporal clara, lo que significa que el hecho narrado ha de tener una cierta continuidad porque el cronista explicará todo lo que haya sucedido entre dos momentos concretos (al principio y al final de los hechos en cuestión).
  • Suele tener una extensión considerable.
  • Estructuralmente, a menudo se inicia con un planteamiento de lo que ha sucedido, seguido de una interpretación de los hechos (explicación, análisis y valoración) y, finalmente, una conclusión que sintetice el resultado de lo analizado.

Se pueden diferenciar dos tipos de crónicas:

1) Crónica local: su autor acostumbra a ser un periodista desplazado permanentemente o de manera temporal, con los corresponsales conocedores de la actualidad informativa de otros países o ciudades, o los enviados especiales que cubren determinados acontecimientos puntuales, como conflictos bélicos, procesos judiciales, debates parlamentarios, cumbres o grandes acontecimientos deportivos. Aun así, hoy muchas de las crónicas provenientes del extranjero que se publican en los diarios locales suelen ser más informativas que interpretativas, puesto que los reporteros se limitan a informar «objetivamente» de lo que pasa, sin entrar en valoraciones que requerirían un conocimiento mucho más profundo y, en consecuencia, mucho más tiempo para elaborarlas.

2) Crónica temática: el propio texto informa sobre un hecho al mismo tiempo que lo valora. El autor suele ser un periodista especializado en cubrir informativamente determinados hechos relacionados con el deporte, la tauromaquia, acontecimientos de la sociedad o culturales, por ejemplo. Los presencia de principio a fin, y esto le permite narrarlos y hacer llegar al lector sus impresiones de lo que ha presenciado.